Entre las cumbres de Lumeshire y los bosques brumosos de Elenoria se esconde un enigma. Contia. Es una nación isleña de eruditos y hechiceros. De piratas y sacerdotes. Aquí, los secretos arcanos y los conocimientos ancestrales se mezclan con la ambición y la codicia.
¿La historia de Contia? Un tapiz de magia y ambición. Una vez, fueron humildes escribas y sacerdotes. ¿Ahora? Maestros de lo arcano. Su viaje desde el registro de la sabiduría divina hasta su manejo da forma a su propia esencia.
**Erbstadt, el corazón de Contia, zumba con energía arcana. Torres de hechicería penetran en el cielo. Las bibliotecas se hunden bajo el peso de los tomos arcanos. Líneas Ley cruzan la tierra, una red de magia en bruto.
Sin embargo, a pesar de su devoción por las artes arcanas, los contianos no son un pueblo perdido en las nubes de la contemplación esotérica. Son un pueblo práctico, sus mentes están tan en sintonía con las realidades del comercio y la política como con las complejidades del arte de conjurar hechizos”.
Pero Contia tiene otra cara. A lo largo de sus costas, en calas ocultas, se esconde un mundo de piratería. Los piratas de Contia son temidos en todos los mares. Sus banderas negras infunden terror. Sus sables brillan al sol. Incluso las grandes armadas se lo piensan dos veces antes de desafiar a estos merodeadores.
En Contia, la magia y el caos se entremezclan. Los magos no dudan en utilizar sus conocimientos arcanos en beneficio propio. Los piratas buscan el consejo de los hechiceros para sus saqueos. Es una simbiosis de lo arcano y lo anárquico.
Sin embargo, Contia sigue dividida. **Las grandes casas compiten en un interminable juego de intrigas. Las alianzas cambian como las mareas. Las conspiraciones se agitan como las mareas. En ciudades y pueblos, las facciones compiten por la influencia. Es una oscura danza de poder y ambición.
Sin embargo, a pesar de su crueldad y su desprecio por las leyes de los reinos civilizados, los piratas conquenses tienen su propio código de honor. Son leales a los suyos, sus lazos de hermandad forjados en el crisol de la batalla y templados por el rocío salado del mar abierto”.
Esta dualidad se extiende a todos los aspectos de la vida de los contianos. Son eruditos y canallas. Devotos y engañadores. En Contia, la línea entre lo arcano y lo mundano se difumina. Entre lo sagrado y lo profano. Es un reino de contradicciones sin fin.
Un hilo une a todos los Contianos: la devoción a los dioses. Su panteón es vasto. Diverso. Desde Azarion el que todo lo ve, dios de la magia, hasta Melusine la inconstante, diosa de las olas. Cada deidad exige adoración. Sacrificio.
Los templos salpican el paisaje. Los sacerdotes cantan en salas abovedadas. En las ciudades, la gente deja ofrendas en las estatuas divinas. Susurran esperanzas y temores a los rostros de piedra. La fe impregna la vida contiana.
“Sin embargo, aunque se inclinen ante los altares de sus deidades, los contianos son siempre conscientes de las cambiantes mareas del poder y de la siempre presente necesidad de pragmatismo en un mundo de peligro e incertidumbre sin fin. Saben que los dioses son volubles y que su favor puede ser tan fugaz como una brisa de verano, por lo que siempre están dispuestos a adaptarse y a cambiar, a forjar nuevas alianzas y a romper las antiguas según lo exija la situación”.
Pero incluso en la fe, los contianos siguen siendo pragmáticos. Saben que el favor divino es caprichoso. Así que se adaptan. Cambian. Están listos para forjar nuevas alianzas o romper las viejas según sea necesario.
Esto es Contia. Una tierra donde reinan la magia y el caos. Donde la devoción se encuentra con el engaño. ¿La única constante? La interminable danza del poder y la ambición. Es un lugar de maravillas y terrores. De antiguos secretos y peligros ocultos.
Contia llama a los valientes. A los audaces. A los curiosos y astutos. En las brumosas torres de Erbstadt y a lo largo de las costas azotadas por las tormentas, los secretos esperan a ser descubiertos. Los poderes anhelan ser reclamados. Sólo las mentes más agudas y las voluntades más fuertes pueden llegar a comprender el corazón de este enigmático reino.
Contia es única entre las naciones. Es un crisol donde lo arcano y lo anárquico forjan algo totalmente nuevo. Donde la búsqueda del conocimiento se une a la emoción de la aventura. Donde la fe y el pragmatismo coexisten en delicado equilibrio. Esto es Contia. Misteriosa. Seductora. Siempre bailando en el filo de la navaja entre el orden y el caos.
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