HomeCharactersGodsRead ThisContact
La mirada de un guardia a Grukmar
Lumeshire
La mirada de un guardia a Grukmar
Valarian
Valarian
April 02, 2024
3 min

watchtower

La Torre de Vigilancia

La vieja torre de vigilancia crujía cuando el viento la azotaba. Varian se apoyó en uno de los toscos postes, contemplando la aldea a sus pies. Las chozas se agrupaban bajo la sombra del bosque. La niebla se arremolinaba alrededor de los pinos y se deslizaba por las calles embarradas. Elric se movió, y las tablas de madera crujieron bajo sus pies. La luz del fuego mostraba las arrugas de su rostro, signos de muchas noches en vela.

“Noche tranquila”, dijo Elric, frotándose las manos sobre el pequeño fuego.

“Siempre lo es”. Varian gruñó.

“Podría ser peor,” interrumpió Elric, su voz firme. “En los pasos de Frostgard, se enfrentan a hordas de gigantes.”

“Es mejor que proteger a los cultivadores de nabos de sus propias sombras”, dijo Varian con amargura.

Elric se inclinó hacia delante. “¿Quién dice que sólo nos protegemos de eso?”.

Varian gruñó. “Sólo cotilleos de pueblo y canciones infantiles”. Pero las palabras le hicieron estremecerse.

Susurros de Oscuridad

“Entonces, ¿por qué mantenernos encerrados?”. Elric presionó, voz baja y urgente. “¿Qué teme el comandante que encontremos?”

“Su propia incompetencia, más bien”. El desvío de Varian le pareció vacío, incluso a él mismo. Había visto el miedo en los ojos del comandante, había oído el temblor en su voz cuando dio órdenes de no aventurarse más allá de la línea de árboles.

La voz de Elric se redujo a un susurro, cargado de oscuras promesas. “Mi tío sirvió en las campañas de Grukmar. Me contó cosas. Cosas que no quieren que se sepan”.

Varian enarcó una ceja, con la curiosidad luchando contra el instinto de conservación. “¿Por ejemplo?

Una mirada furtiva por encima del hombro, como si la misma noche pudiera estar escuchando. Las siguientes palabras de Elric se precipitaron. “Los Grukmari adoran a dioses antiguos. Usan cautivos para rituales. Les da una fuerza antinatural”.

“Estás hablando mierda”. La negación de Varian fue automática, un reflejo contra verdades demasiado terribles para contemplarlas. Pero la duda, se deslizó en su mente.

“¿Alguna vez te has preguntado por qué el Imperio se retiró? ¿Dejó toda esta tierra vacía?”

Varian hurgó en las brasas. Saltaron chispas. Recordó historias de su infancia. Cuentos de altares manchados de sangre y monstruos en la oscuridad. Sacudió la cabeza, enfadado por su propia estupidez.

“Has dejado que este remanso te pudra el cerebro”, gruñó, con la rabia enmascarando su malestar. “Ahí fuera no hay nada más que…”.

El Grito en la Noche

Un grito rompió la noche, agudo y terrible. Ambos hombres se quedaron inmóviles, con los ojos fijos. El corazón de Varian martilleaba contra sus costillas, cada latido gritando peligro.

“¡La plaza!” La voz de Elric se quebró, el miedo le quitó años de estoicismo practicado.

Entraron en acción, la memoria muscular se impuso al terror. Las botas golpearon los escalones desvencijados mientras descendían. Las placas de las armaduras tintinearon, un sonido anormalmente fuerte en la silenciosa aldea. Los ojos de Varian se movían de sombra en sombra, cada rincón oscuro de repente cargado de amenaza. El pueblo permanecía inmóvil, con las ventanas cerradas para protegerse de la noche. Sólo el humo de las chimeneas delataba vida en su interior.

“¡Allí!” El grito de Elric atravesó la niebla de los pensamientos acelerados de Varian.

Una pequeña figura salió de entre dos chozas. Una niña de no más de doce años, con el vestido hecho jirones. Tropezó en campo abierto, agitando los brazos como si luchara contra asaltantes invisibles.

El entrenamiento de Varian tomó el mando. Corrió hacia delante y se agachó junto a ella. El olor del miedo le llegó en oleadas, acre y primitivo. “¿Estás herida?” Las palabras salieron más suaves de lo que esperaba, sorprendiéndose a sí mismo.

Su rostro se levantó, una máscara de terror grabada con rastros de lágrimas y suciedad. Su boca no emitía sonido alguno, sus ojos se abrieron de par en par sin poder ver. Los dedos se clavaron en el brazo de Varian con fuerza desesperada, las uñas mordiendo la tela de su manga. La sintió temblar, vio el crudo horror en sus ojos.

“Estás a salvo”, dijo, intentando proyectar una confianza que no sentía. La mentira le supo amarga en la lengua. “Vamos a llevarte a casa”.

Ella se aferró con más fuerza, negándose a moverse. Su mirada se clavó en la boca del callejón, con el cuerpo temblando incontrolablemente.

Lentamente, se volvieron hacia las sombras que se agolpaban entre las paredes inclinadas.

La muchacha gimió, un sonido tan pequeño y entrecortado que caló más hondo que cualquier grito de guerra. Varian apretó con fuerza su lanza, con los nudillos blancos bajo los guantes. La noche se acercaba, cargada de una amenaza invisible. Cada sentido le gritaba peligro, cada instinto perfeccionado por años de servicio le lanzaba advertencias que no podía ignorar.

Ahí fuera no hay más que árboles y ardillas, se dijo Varian. La mentira le supo amarga, a ceniza y a miedo.


Tags

#goblins#escaramuza en las sombras

Share

Previous Article
Secretos y Sombras
Valarian

Valarian

The Unrelenting Protector

Table Of Contents

1
La Torre de Vigilancia
2
Susurros de Oscuridad
3
El Grito en la Noche

Related Posts

Amenazas goblin en el borde con Grukmar
April 03, 2024
7 min

Quick Links

Advertise with usAbout UsContact Us

Social Media